TRABAJOS DE LOS DOCENTES 2

 

Lic. Alicia Stolkiner

MESA REDONDA: ¿CUALES SON LAS POSIBILIDADES DE CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA EN LA ACTUALIDAD Y QUÉ TRANSFORMACIONES SE PRODUCEN EN LA VIDA COTIDIANA?
VII Congreso Latinoamericano de Medicina Social
Buenos Aires, 17 al 21 de Marzo de 1997

 

INTRDUCCIÓN

Comencé a pensar esta presentación durante el verano, en las sierras de mi tierra de origen, a orillas de un río encajonado y bravo que tuvo hace pocos años una creciente única en el siglo. Arrastró irracionalmente puentes y casas, devastó un pueblo, levantó y fragmentó piedras y, en ese torrente vertiginoso, la tensión entre su fuerza y las pequeñas o grandes resistencias de los elementos puntuales, modificó su cauce. Quedó como anécdota que en esa vorágine sepultó para siempre los restos centenarios de unas explotaciones de oro jesuíticas de la época de la colonia y reabrió una capa aurífera inexplorada, que fue dada en concesión a una gran empresa. La velocidad, el sufrimiento, el carácter de proceso imprevisible que sepulta y a la vez saca a luz, no sólo el oro sino algunas grandezas de los hombres y algunas miserias del poder (que se evidenciaron en el auxilio y la reconstrucción) se me aparecían como una excelente metáfora de esta época. Sobre ella quería reflexionar, sobre sus enunciados generales y también sobre las formas particulares en que se manifiesta, sobre los pequeños actos, sobre las vicisitudes de la vida cotidiana.

Como me considero en parte responsable del título de esta mesa y de las contradicciones que entraña, quisiera partir de un análisis de las dos preguntas que lo componen. Cada una de ellas tiene un núcleo conceptual: en una es "ciudadanía", en la otra, "vida cotidiana". Ambas son polémicas, y entre ellas puede que no haya continuidad . En este trabajo me voy a referir básicamente a la incorporación de la categoría teórica "vida cotidiana" como herramienta para la investigación y la acción en salud, así como a una serie de hipótesis sobre sus transformaciones actuales, tal como lo requiere la pregunta.

 

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA CATEGORÍA "CIUDADANÍA"

Sin embargo, quisiera detenerme un momento en el primer interrogante. La categoría "ciudadano" configura un sujeto que no es unívoco ni homogéneo. Ciudadanía tiene un primer eje conceptual , con claro origen en el nacimiento de las formas políticas del estado moderno, que hace a los derechos políticos individuales, y un segundo momento, indeclinablemente ligado al estado social, que es la incorporación de derechos sociales. Entre ambos cabe la pregunta a la que la época actual nos obliga: ¿Es la participación política ciudadana lo que permite efectivizar los derechos sociales ? De ser así, ¿cuál es la forma de esa participación política?.

La posibilidad de construcción de la ciudadanía y la forma de hacerlo está formulada como una pregunta, porque el modo en que el actual desarrollo de nuestras sociedades se desenvuelve produce un carácter apariencial de las formas políticas tradicionales, y hace que éstas se presenten como pura intermediación en la búsqueda de consenso para el ejercicio del poder económico por las grandes corporaciones. Que algunos teóricos planteen como modelo ideal la autonomía del devenir económico con respecto a las vicisitudes políticas es emergente de esto. También es cierto, y la experiencia argentina resulta transparente, que las posibilidades de elección de los pueblos se encuentran fuertemente condicionadas por el fantasma del terror de estado y por la amenaza permanente del terror económico como recurso de poder de los grandes grupos económicos. Esto en el contexto de una red de determinaciones que esfuma los límites de los estados nacionales.

La mundialización ha provocado el estallido de la coincidencia entre los espacios políticos nacionales y aquellos de gestión económica y de acumulación, dado que los mercados nacionales han dejado de constituir el principal espacio de realización de los productos, determinando una "desterritorialización" de la soberanía (Altamira,C. 1996)

Sin embargo, este proceso que descentra y desdibuja los límites del estado-nación transfiriendo algunas de sus atribuciones a espacios pan-regionales, acentúa simultáneamente la transferencia de espacios de gobierno desde la instancia central hacia subzonas regionales, en el marco del propio estado nación, llegando incluso al surgimiento de una verdadera red de gobierno local (Jessop Bob, 1994). Es en este aspecto que la categoría ciudadano revierte casi a la etimología del término, y debe ser retomada para una discusión profunda y crítica, tan central a las propuestas de salud, de las gestiones y poderes locales.

Ciudadano como habitante y gestor de la ciudad, ciudadano en el sentido en que lo instituye la revolución francesa: soporte de los derechos políticos individuales, ciudadano como detentador indeclinable de los derechos humanos generales. Pensemos un poco en estos últimos.

La incorporación a la cultura del concepto de derechos sociales alcanza un máximo de enunciación en el período que va de la posguerra a la crisis capitalista de los 70, como parte de la construcción representacional del Estado Social en el marco del Keynesianismo. Es notable la producción en esa etapa (y su continuación antagónica posterior) de enunciados de derechos y de elementos jurídicos históricamente novedosos (derechos humanos, del niño, de la mujer, del minusválido, enunciados contra la discriminación etc.). También debe señalarse que esa enunciación sirvió como analizador para desinvisivilizar problemas que no por eso dejaron de existir en forma masiva, e inclusive de agravarse.. La lógica neoconservadora, que acompaña como campo de representaciones a la propuesta hegemónica de salida de la crisis, conlleva necesariamente la tendencia a la deconstrucción de tales enunciados. Se trata de deconstruir la concepción de igualdad de derechos (fundamentalmente los sociales) como forma de legitimar la sociedad dual. Se trata de un intento de semiotización ideológica que intenta producir la convicción (casi religiosa) de la desigualdad entre los hombres, introduciéndola en todas las dimensiones objetivas de la organización social, desde el salario hasta la familia, desde las oportunidades de trabajo hasta la escuela y la investigación, así como también en las dimensiones internacionales (emigración e inmigración, fordismo periférico, etc.) (Negri,T., 1992)

Es cierto que, por ejemplo, el derecho a acceder a los beneficios que la ciencia ofrece para recuperar la salud nunca se efectivizó para todos. Pero lo que ahora se intenta es hacer desaparecer la representación de que debiera serlo, se intenta borrarlo como enunciado a fin de naturalizar la desigualdad e, inclusive, presentarla como necesaria.

Similares procesos suceden con otros enunciados, incluyendo el mismo derecho a la vida (ej. del "justiciero"). He participado en debates acerca de la re-legislación del trabajo infantil donde se lo legitimaba argumentando que es "inevitable", o que reinstituir su legalidad protegerá a los niños de los excesos de la explotación (reparemos en la palabra excesos). Esto es empíricamente cierto, pero no veraz si salimos del estrecho círculo de pensamiento según el cual la situación es así y se desarrollará de esta manera inexorablemente. Es por eso que la mera denuncia de las atrocidades no moviliza. El propio documento "Invertir en Salud", del Banco Mundial, contiene descripciones que fundamentarían una denuncia inexorable. Quizás la más notable es el lato enunciado de que una sola nación, los EE.UU., insume el 41% del gasto mundial en salud y, también, que el 90% del mismo corresponde a los países de ingresos altos (Banco Mundial,1993, pag. 4). En el mismo documento se reconoce que "los medios más eficaces para reducir los peligros para la salud en el entorno doméstico son el aumento de los ingresos y la mejora del nivel de educación". A pesar de esto, la diferenciación entre países de ingreso altos, medios y bajos aparece tan natural como una clasificación botánica, y la salida propuesta considera inevitable que el tipo de prestaciones a las que las personas tengan acceso --y en las que se decide más de una vez la vida o la muerte-- sea distinta según estas categorías y distinta, en cuanto a los llamados servicios discrecionales, al interior de cada país. Cierto que nadie podrá objetar que, frente a recursos limitados, su distribución debe ser cuidadosamente pensada y que las prestaciones básicas, propuestas en el documento, son más de lo que muchas de lo que esas poblaciones reciben. Pero lo que trato de señalar es la construcción de una representación legitimadora. Porque lo que no se devela detrás del enunciado económico de que los recursos siempre son limitados, es la forma global de distribución del conjunto de los recursos, es decir del conjunto de la producción social de riqueza, obviándose la apropiación cada vez más concentrada de la ganancia. Lo que se encubre es esta apropiación particular de una producción definitivamente social, socializada, y que aún esos recursos destinados a la salud son transformados en capitales para la producción de ganancia.

La tendencia deconstructora nos alcanzó a los países latinoamericanos, salvando diferencias y excepciones, cuando recién estabamos construyendo algunas de estas categorías. La vigencia y establecimiento de formas democráticas formales es, en la mayoría de ellos, reciente y frágil. Muchos emergen de dictaduras terroristas; otros, de formas políticas atípicas. Algunos tienen fuertes condicionamientos de fuerzas militares y otros han atravesado invasiones en décadas pasadas. En el marco de lo que muchos han llamado "democracias condicionadas", en algunos países existe la aparente paradoja de que, según los especialistas, sus indicadores macroeconómicos han mejorado y las condiciones de vida de sus poblaciones se han deteriorado.

Aún así, esta tensión entre el enunciado de derechos y su deconstrucción tiene que producir (y de hecho lo está haciendo) antagonismos. Por un lado, hay un discurso de corte individualista que tiende a desmantelar campos total o parcialmente instituidos (valgan como ej. la tendencia a la penalización de la infancia o a la legitimación de la violencia sobre los sectores marginales etc.), pero también hay tendencias a resistir este proceso de deconstrucción legitimadora y, por ende, a construir subjetividad antagónica. Lo social resiste la semiotización ideológica de la desiguladad.

Quisiera terminar este punto con una afirmación a modo de hipótesis : la lucha por el ejercicio pleno de la ciudadanía , en el sentido político y social, se convierte en un objetivo que posiblemente contribuya a la producción de subjetividad antagónica a la propuesta neoliberal. Obviamente, esto no era así con el Keynesianismo, pero, en la actualidad, el antagonismo está planteado. Por otra parte el ciudadano como actor o, mejor, como sujeto social, debe ser atravesado por la configuración de otros sujetos, de otro sujeto. Siempre hablando en el sentido social del término. La posibilidad de construcción de la ciudadanía se articula con la posibilidad de configuración de sujetos sociales capaces de contraproponer a la hegemonía de la lógica de la ganancia, de la pura imposición de la ley del mercado, otra ética ligada a la vida.

Volviendo a lo conceptual, la categoría ciudadano delimita un tipo de actor y, a su vez, debe ser confrontada con la categoría sujeto social. Un tercer concepto es el de sujeto cuando el término es utilizado para referirse a la subjetividad humana y su configuración.

Todas ellas son herramientas teóricas que hacen por un lado a la producción de conocimientos sistemáticos sobre el proceso de salud-enfermedad-atención en los colectivos humanos y también en los individuos. Camino de encrucijadas, con no pocas contradicciones, en el que avanzamos tratando de conceptualizar situaciones, diagnosticarlas y actuar.

 

VIDA COTIDIANA Y SUBJETIVIDAD

Es en este camino, dado que trabajo en el campo de la salud mental, que comenzamos a desarrollar una propuesta metódica para la comprensión de las vicisitudes de la producción social de subjetividad en la época, cuyo esbozo expuse en el VI Congreso de ALAMES en Guadalajara. Buscando una articulación flexible entre lo macro y lo microsocial, nos propusimos ligar lo económico con lo institucional y la vida cotidiana. Aclaré en ese momento -y creo necesario repetirlo ahora- que esta articulación no debía entenderse como una cadena jerárquica de causalidades o determinaciones sino como una división metódica en el campo de las relaciones sociales.

Siguiendo la escuela regulacionista, podría afirmar que el estudio del capitalismo no puede ser la búsqueda de leyes económicas abstractas, sino el análisis de la transformación de las relaciones sociales, lo que da lugar a nuevas formas económicas y no económicas simultáneamente (Aglietta, M., 1979).

Si consideramos a las instituciones como la forma que adquieren las relaciones sociales en cada momento histórico, ellas serían la matriz de producción-reproducción social de subjetividad, pero el modo concreto en que esto se plasma es la cotidianeidad.

...La vida cotidiana, dice Agnes Heller, es la totalidad de las actividades que caracterizan las reproducciones singulares, productoras permanentes de la posibilidad de la reproducción social"(A. Heller , 1985, p.9 ) y agrega: ... "La vida cotidiana no está "fuera" de la historia sino en el centro del acaecer histórico: es la verdadera "esencia" de la sustancia social."(A. Heller, 1985)

Sé que introduzco una categoría que ha sido fundamentalmente territorio de los historiadores. Algunos han llegado a ella por descreimiento en la historia con mayúscula, otros la abordan como un paso adelante de las grandes explicaciones estructurales que pierden en el camino la particularidad. Pero no quisiera entrar en la polémica de un campo que no es el mio, sino importar una herramienta . Al fin, provengo del psicoanálisis y es a partir de hechos intrascendentes y nimios como los sueños, y los síntomas, los pequeños errores y olvidos, justamente de la vida cotidiana, que Freud conceptualiza el inconsciente, produciendo un giro radical en la representación del sujeto moderno.

La cotidianeidad es la forma en que se particulariza lo genérico social. (A. Heller, 1987), en ella lo singular se constituye como único a la vez que concretiza las determinaciones globales de la sociedad. Pero no sólo es producida sino también productora, espacio de la microfísica del antagonismo, ámbito de fuga y cambio. Es uno de los ámbitos de proliferación molecular (Negri,T y Guattari,F. 1996) de los procesos singulares que transforman irreversiblemente las relaciones de los individuos y la colectividad con el mundo material y el mundo de los signos

En este punto creo necesario introducir dos consideraciones. La primera es que no desconozco que esta herramienta conceptual puede superponerse con el lugar que, con bastante productividad, tiene la conceptualización sobre "estilo de vida" en el pensamiento médico-social, pero preferiría no detenerme ahora en este debate. La segunda es que la investigación de la vida cotidiana, en esta acepción, se convierte necesariamente en un espacio interdisciplinario ya que que requiere de una metodología que articule distintos niveles de análisis y necesita de una multireferencialidad teórica en la construcción del problema.

La vida cotidiana es altamente heterogenea, pero su heterogeneidad reconoce un orden jerárquico, la organización del trabajo, el consumo, la recreación, los vínculos personales, las formas de amar, de nacer, de enfermar y de morir, así como los campos de significación, constituyen su territorio, pero algún aspecto puede ser determinante, lo cual varía según los momentos históricos y los grupos sociales. La vida cotidiana, por fin, se organiza según una dimensión simbólica, temporal y espacial.. Todos estos aspectos, en cuya matriz se producen las subjetividades, están dramáticamente convulsionados en esta época.

En el plasma de las veloces transformaciones actuales, se produce una verdadera revolución de la cotidianeidad. Un elemento central es la tendencia a la fragmentación y desagregación de los vínculos sociales preexistentes. Podríamos afirmar que ésta, que es casi una necesidad para la concreción del proyecto de sociedad global dual, coexiste con formas incipientes --y por ende frágiles-- de reagregación, de reagrupamiento. El otro elemento es la tensión permanente --ese antagonismo que está en el corazón de nuestra cultura-- entre objetivación y subjetivación. No es de extrañar en una sociedad donde "los inventos y progresos parecen dotar de vida intelectual a las fuerzas materiales, mientras reducen a la vida humana al nivel de una fuerza material bruta." (Bermann,Marshall: 1994, pag 6) .

En la crisis de las formas institucionales coexiste una tendencia a la degradación, a la fragilización en antagonismo con elementos de cambio y de producción innovadora,.

Tomemos el caso de la familia. la crisis de sus formas tradicionales tiene un cono de sombras: el de su desmantelamiento y su precarización, que sucede a la par que se rompe la alianza funcional que mantenía con el Estado y se le devuelven a los grupos familiares particulares, responsabilidades antes reconocidas como sociales en su conjunto. Esta fasceta se refleja en no poco sufrimiento y desamparo una de cuyas manifestaciones más notables es la niñez en la calle, en el trabajo, en la explotación sexual., otra es la falta de contención para ancianos y minusválidos. También es cierto que esto coexiste con la aparición de nuevos modelos. Dentro de los campos de significación que se transforman están los de las atribuciones de género, y los de la relación entre generaciones. Se encuentra severamente cuestionada la predetirmanción del poder y del mando al interior de la estructura familiar. Esto sucede con no poco conflicto y sufrimiento, pero se esboza de manera incipiente una nueva forma de distribución del poder al interior de ese núcleo tan nodal en la configuración de las subjetividades humanas. Tan central en el proceso civilizador

Si la familia patriarcal establecía una línea de poder prefigurado ordenador , la familia del pos-patriarcado ,por decirlo de alguna manera, reintroduce la cuestión de la necesidad de consenso y la posibilidad del discenso, a la vez que de conflicto al interior mismo de esa matriz productora de subjetividades humanas. Un capítulo especial merecería la cuestion de la mujer y la familia matrifocal, pero excede los límites de esta presentación. Sólo quiero señalar que la exaltación del matrifocalismo en el documento Invertir en Salud, es también la naturalización de un síntoma social. No hay ninguna pregunta allí acerca de porqué es tan precaria la relación de los varones con la manutención de sus hijos. Al descubrirla, optan por decidir que la mujer debe ser simultáneamente sostén de familia y madre ,cuidadora de salud y educadora. No hay una sola mención en el documento acerca de posibles causas o acciones para contrarrestar la prevaricación de los padres.

Volviendo a la estructura de la vida cotidiana, pensemos en la dimensión temporal , Hay una relación destacabale entre los ritmos y tiempos de producción y la representación de la temporalidad, la construcción social de la temporalidad. La aceleración de los ritmos globales y la cuantificación cada vez más estricta conllevan una sensación de vértigo y obsolescencia permanente. A su vez, la flexiblización o precarización de las condiciones de empleo, y el carácter crónico del desempleo se corresponde con una variaciones en la construcción representacional del futuro. La tendencia es a un sobredimensionamiento del presente, una referencia lábil al pasado y un desinvestimento del futuro. Para unos el presente acelerado y continuo del sobretrabajo y el consumo compulsivo, para otros la intemporalidad cotidiana de la subsistencia en los márgenes.

Con respecto a la dimensión espacial. Lo urbano es la característica de la época. El capitalismo abrió la tendencia a la concentración urbana y el neoliberalismo instauró su fragmentación diferencial. Se configuran formas institucionales diseminadas en el conjunto social que conjugan las acciones directamente represivas con las consensuales , a fin de limitar los síntomas de la desagregación social y mantenerlos en los límites de las "barreras urbanísticas" definidas. La ciudad se fragmente y se amuralla. Los espacios públicos se privatizan (o nacen espacios comunes que a la vez son privados ,de acceso sólo posible para algunos) Para los integrados quedará la protección de los barrios cerrados, de los recorridos preservados, de la defensa policial y parapolicial y de su propia autodefensa. Para los excluidos el abandono de los espacios públicos, los lugares olvidados del mapa urbano y la represión. Por primera vez hasta el acceso al aire es diferencial según el nivel de ingresos.

Esto nos obliga a una referencialidad a la violencia. Si en la primera mitad del siglo hubo dos guerras mundiales mas la eclosión de la violencia colonial, no creo que podamos afirmar que la violencia es patrimonio de la segunda parte . No obstante, lo característico de la época es la infiltración inorgánica de la violencia en todos los aspectos de la vida y en el conjunto de la retícula social. Esa violencia inorgánica, muchas veces entre pares, es funcional a la desagregación si se la mantiene dentro de cauces controlables. La favorece en la medida en que impone la representación de peligrosidad del semejante y la objetivación del distinto corroyendo las vertientes solidarias..

Cité algunos ejemplos de un campo de investigación que abarca inclusive la articulación entre las vida cotidiana y las prácticas en salud. Sin omitir que, dentro del carácter jerárquico que la cotidianeidad tiene, para la mayoría de la población el eje de la jerarquización es el trabajo. El proceso de precarización, de flexibilización y la crisis del empleo determinan variaciones en todas las esferas de la cotidianeidad, incluyendo lo íntimo.

Queda por fin, articular esto con el concepto de subjetividad, tan convocado últimamente. Hay un deslizamiento en el término, tanto se habla de sujeto particular, cuanto de sujeto en el sentido social e histórico. Si bien se trata de conceptualizaciones diversas creo que hay una profunda imbricación entre la producción de subjetividades particulares y la existencia y configuración de sujetos sociales.

Por fin, ¿en qué sentido hablamos de sujeto? hablamos de él entendiendo por sujeto un "ser común y potente" que se forma en el proceso histórico. Ser común puesto que está compuesto de las necesidades comunes de la producción y de la reproducción la vida. Ser potente puesto que rompe continuamente estas necesidades para determinar innovación, para producir lo nuevo y el excedente de vida. El sujeto es un proceso de composición y recomposición continua de deseos y actos cognoscitivos que constituyen la potencia de la reapropiación de la vida"... ( Negri T.,1992, pag 36)

La lucha por la democratización en el más profundo y no formal sentido del término, la búsqueda del ejercicio pleno de la ciudadanía es una tarea que atraviesa desde las grandes acciones políticas colectivas a los pequeños y moleculares aspectos cotidianos. En todas las prácticas se juega el antagonismo entre objetivación o subjetivación. Debemos tenerlo presente en las prácticas en salud. Porque ellas también son productoras y reproductoras de subjetividad.

 

BIBLIOGRAFÍA

Aglietta, M.: 1979 , "Regulación y crisis del Capitalismo en la experiencia de Estados Unidos" De. Siglo XXI, México.

Altamira ,César: 1996. " Actores sociales en la Integración Económica regional: Estado y/o Firmas transnacionales " ined. Doc. Laboris de la Investigación " Efectos de la Integración Económica regional en el proceso de salud/enfermedad/atención en poblaciones de frontera: caso Eldorado", Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires, Dir. Alicia Stolkiner

Banco Mundial : "Informe sobre el Desarrollo Mundial, 1993: Invertir en Salud ,Washington,D.C.

Bermann, Marshall: 1988 "Todo lo sólido se desvanece en el aire-La experiencia de la modernidad" ,Siglo XXI, México. (la cita textual corresponde a un texto de C.Marx)

Heller, Agnes: 1987, Historia y vida cotidiana ,3 a. edición, Ed. Grijalbo, México.

Heller, Agnes: 1987 Sociología de la vida cotidiana ,2a . edición, De. Península, Barcelona.

Jessop, Bob: 1994, " Postfordism and the state" , en Postfordism a reader de Amin Ash ,1994, Oxford,England,Blackwell Publishers.

Negri, Toni: 1992 , Fin de Siglo , Ed. Paidós/I.C.E -U.A.B, Barcelona.

Negri,Toni y Guattari, Felix: 1996, Las Verdades Nomadas, Por Nuevos Espacios de Libertad , Ed. Iralka,Barcelona

 

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